30 de junio de 2011

Por Julián Conrado: Recuerdos de Dignidad


 Al canto le doy la vida y el canto me da la vida para vivirla cantando.
Es así de simple, hermanos.
Cuando recibo golpes, alzo la frente y canto.
Los que sueñan y combaten me animan a cantar por ellos y aún, lo que de hinojos, se enamoran de la mansedumbre, me arrancan del alma un doloroso canto.
Oh! cuánto amo a los que de tanto amor, van llenos de fe en los seres humanos.
Hay un profundo impulso en mi esperanza.
Alguna vez iremos todos hasta la tierna herida de la Patria y se la cerraremos con un enorme beso.
Por eso canto y le escribo un epitafio a la amargura.
(Yo soy un militante de los sueños)

Alí Primera

Crecí en una casa muy extraña, para unos, para otros, muy normal. Crecí tratando de comprender lo que llaman la “Canción”. Comprendí que se trataba de una herramienta, que usaban los justos, para elevar al viento una idea y un principio de dignidad.

Recuerdo verme muy pequeño pidiéndole a mi papá que me consiguiera un cuaderno para dibujar las canciones de Ali Primera. Una por una las tome y las dibujaba… Con mucho cuidado y fragilidad tomaba los LP y milimétricamente hacia caer la aguja en los canales del vinil… era emocionante cuando escuchaba una canción “nueva” para mi, de Ali. Corría vertiginoso a gritarle a mi mamá que “había conseguido una canción nueva” y se la hacía escuchar por “primera vez”. Hacía, para ese momento, unos 6 o 7 años que Ali había cambiado su paisaje. Naci el mismo año que él se fue.
Así me sentí cuando por primera vez llega a mis manos un disco, en blanco, empaquetado como nuevo, con su caratula comercial de marca “TDK”, y me dijeron ábrelo, escucha la música guerrillera. Y comenzaron a sonar los hermosos acordeones, guitarras y guiros. Lucas Iguaran y Julián Conrado eran quienes cantaban… “Oye tu, guerrillera…” “Respirando Dignidad...”
Fue como abrir un baúl lleno de magia, pájaros, volantines, estrellas. Y también salí corriendo a buscar otra vez a mi mamá y decirle “mira vieja, música guerrillera”.

Un día llego un  disco y decía: “Homenaje a Venezuela”. Canciones de Ali Primera versionadas en vallenatos y hermosas cumbias. Eso corrió como fuego en la pradera. Cantores de la guerrilla colombiana, homenajeaban a Ali Primera. Y como gotas de lluvia comenzaron a correr en mi rostro lagrimas de emoción. ¡Qué gran emoción! La voz de Ali retumbaba en las montañas.

Con la misma emoción cantamos en la Avenida Bolívar, “Los que mueren por la vida”, junto al Comandante Hugo Chávez, cuando decía “Me provoca cantar, queremos cantar”.

“Canta, Canta Compañero, que tu voz sea disparo, que con las manos del pueblo no habrá canto desarmado…”

 Sentimos un profundo amor por el Comandante Hugo Chávez; quien nos ha enseñado a ser dignos, a ser libres, a criticar, a reclamar, a ser radicales, a ser nosotros mismos.

Y ese amor debe convertirse en acción real por el ser humano. Hoy nos reclama ese AMOR. Nos reclama a alzar voces, pinceles, lápices, cinceles, papagayos para que NO SE ENTREGUE al hermano Julián Conrado a las manos del Gobierno criminal y asesino de Colombia, que lleva sobre sus hombros la Fosa Común más grande la historia de América; para que este además le entregue al gobierno imperialista de los EEUU a este humilde hombre, palabra cantada de los que no tienen voz en Colombia.

Julián se siente como Alí. Hondo muy hondo en el corazón de esta gran familia de cantores y cantoras. Julián Conrado es la voz campesina de Colombia, a la que la empujaron a una guerra que no quieren hacer. A la Colombia que asesinaron por nombrar a Bolívar, la que mataron a punta de motosierra por llevar la camiseta del Che, por pensar que la igualdad y la dignidad no es privilegio, por pensar que la Universidad y el liceo no son casas para “Iluminados por Dios”. Los que se niegan a creer que nuestros niños deben crecer comiendo perrarina. Los que se niegan a creer que la dignidad de la mujer se paga. Los que se niegan, como decía Ali, a creer que el sudor obrero son solo centavos que se pueden atesorar en la bolsa de valores.

JULIAN CONRADO es la voz de quienes se niegan a arrastrase ante la injusticia.

Por ese amor gigante que le tenemos y que nos ha enseñado a abonar el Comandante Hugo Chávez, hoy, a él le pedimos, así como fue otorgado por el Cmte. Daniel Ortega a las sobrevivientes de la Masacre del Ecuador, LE OTORGUE EL DERECHO A ASILO A JULIAN CONRADO.

Alí Manaure

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